La historia de Francisco Cobos (1924 – 2015) no difiere de la de muchos españoles que, en los duros años que siguieron a la Guerra Civil española, tuvieron que abrirse paso en medio de enormes dificultades. Militar sin marcada vocación castrense y posteriormente gran emprendedor y empresario. Lo cierto es que Francisco Cobos inició sus andanzas profesionales en 1947 como Ingeniero Técnico Aeronáutico en el Ejército del Aire, donde alcanzó el grado de Teniente. Su especialización en infraestructuras le permitió poner en marcha una novedosa actividad empresarial en torno al uso de vigas de hormigón para la construcción. En 1957 constituye la Sociedad Productos Derivados del Cemento donde propone y patenta soluciones innovadoras, como prototipos de vigas puente o estructuras prefabricadas para naves.
A lo largo de estos años se licencia en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, respondiendo así a su interés por “el conocimiento y la posibilidad de entender mejor la economía y la sociedad “. En 1999 crea la Fundación Francisco Cobos de apoyo a la Investigación Biomédica y se convierte en un relevante mecenas para la comunidad científica española, debido a su enorme inquietud por impulsar la investigación en España.
Cuenta desde el inicio con el asesoramiento de un grupo de científicos prestigiosos en el área de la Neurofisiología, bioquímica, microbiología y política científica, destacando muy especialmente la colaboración de los Doctores Revilla, Giménez, Nombela, Cuevas, Guillén y Mendizábal.
Entrevistado por Diario Médico en febrero de 2006 sobre las razones que lo llevan a impulsar la investigación biomédica en España, afirma: “Inicialmente me planteé hacer mi testamento dejando un legado a alguna fundación, pero la idea evolucionó hasta crear mi propia fundación”.
